Los cocheros de Córdoba tendrán que aprender Historia para pasear a los turistas. Tampoco podrán trabajar ebrios o bajo los efectos de la droga. No podrán insultar ni mandar a tomar por culo a otros conductores. Ni siquiera podrán cantar unas coplillas mientras curran. Además, el ayuntamiento les obliga a recoger los excrementos de los caballos. ¡Por Dios! ¿Hacia qué tipo de mundo nos dirigimos? ¿Acaso llegará un día en que nos montemos en un taxi y ya no huela a culo? ¿Qué empeño tienen en desnaturalizar las cosas?
¡Ele qué arte! ¡Defendemos lo natural y reprimimos comportamientos tan naturales como conducir un coche de caballos ciego de maría! Ya no podrán cantar, ni divertir a la gente…Adiós a las insolaciones de sobremesa, cuando después de tomarte una sangría te conducían bajo una temperatura de cincuenta grados. Y encima, les obligan a llevar uniforme. Si sustituyen a los cocheros por tipos sin sustancia, jovencitos de sonrisa autómata que vocalizan perfectamente, ¿qué interés tendrá coger un coche de caballos? Todo ese mundo primitivo y lleno de sabor se perderá como lágrimas en la lluvia…Y ya no oiremos perlas sustanciosas, como eso de que la Mezquita la hizo un tal Walt Disney. ¡Es que ya no respetáis nada!
Cositas buenas 