Archivo de septiembre 2008

NUESTROS IDOLOS: HOY, Mariah Carey

septiembre 29, 2008

 

Os dejo una frase mítica de Mariah Carey. 

 “Siempre que veo la televisión y veo esos niños pobres y hambrientos en todo el mundo, no puedo evitar llorar. O sea, me encantaría ser tan flaquita como ellos, pero no con todas las moscas, y muerte, y esas cosas”.

EL ARTISTA ROSALES

septiembre 28, 2008

Ayer fuí a ver Tiro en la cabeza, y antes de sentarme en la butaca el acomodador me regaló un sudoku.

FOSTER WALLACE

septiembre 22, 2008

Me parece lógico que Foster Wallace haya acabado así. Es algo que se presiente teniendo un mínimo de sensibilidad, captando la línea subterránea que fluye en sus libros. Para mí era uno de esos autores a los que no te imaginas envejeciendo. Y ahora que veo el estilo grungge que luce en la foto, comprendo mucho mejor que haya acabado como Kurt Cobain.

Cuando uno lee por ejemplo las primeras novelas de Martin Amis o de Philiph Roth sabe que a esos autores solo les quedan dos caminos: continuar con la sátira o avanzar hacia el terreno de la tragedia y la gravedad. Las obras de estos dos escritores han ganado en reconocimiento y respeto a medida que han abrazado (supongo que de manera natural) una visión más lúgubre, y digamos que mejor vista por los cenáculos literarios.

Quizás con este acto trágico, Foster Wallace haya conseguido ser visto como algo más que un simple escritor satírico.

En un universo cada día más infantil, donde la educación aparece regulada por engendros como la LOGSE, un escritor que se comporta como un catedrático (buscando la acotación, la referencia, el detalle), huyendo de la frivolidad, tiene los días contados. Vean lo feliz que es Jaime Bayly y lo bien que le va.

Foster Wallace no hablaba de las personas, sino del sistema. Decía cosas feas. No celebraba este universo pop. Podríamos decir que su suicidio es el resultado de atravesar ciertas líneas de sombra que la mayoría evitamos. 

Como todos los suicidas, era alguien que no se adaptaba, que no compartía las reglas de nuestro mundo, su alegría burbujeante, su frivolidad vitaminada. Foster Wallace podía demostrarte que unas simples  vacaciones en un crucero podían ser una muestra del horror contemporáneo. En un mundo plagado de franquicias de burritos y de centros de spa, un escritor como él ya no pintaba mucho. Quizás tendría que haberse adapatado, ponerse una barra de incienso y leer un poco a Paolo Coelho.

EL CHÉ GUEVARA

septiembre 15, 2008

El otro día comprendí que hay mucha gente que se merece una película. Gente que de verdad ha cambiado nuestro mundo. Gente que ha logrado que millones de personas vivan con dignidad. Os hablo, claro, del fundador de IKEA.

Su nombre es Ingvar Kamprad, pero su rostro no sale en las camisetas de los perroflautas. Sin pegar un solo tiro, sustituyó la fea estantería de conglomerado, el vaso naranja de Duralex y el mítico cuadro del ciervo por la estantería Billy y el planificador de armarios Hemmes.

Gracias a este señor, los mileuristas han podido amueblar sus minipisos. Y no solo eso, el bueno de Ingvar ha conseguido que millones de personas lleguen a pensar que en realidad viven en un sitio cool. Que se puede ser pobre, pero solo de cuenta corriente hacia dentro. Sin subirse a un tanque, sin ondear una bandera roja, solo con un arma minúscula: una llave con forma de L. «Dadme una llave con forma de L y cambiaré el mundo».

Por encima de Luther King, Lincoln o Fidel Castro, el hombre que fundó IKEA llevó a cabo la única revolución posible: la de los precios. Ya lo dice la publicidad: para república independiente, la de tu casa.

 A mí me ha parecido enternecedor el esfuerzo del Ché, y mientras veía la peli me imaginaba al bueno de Ingvar en la misma época, en su estudio, pensando en la forma de que millones de personas tuvieran acceso a muebles, mantas, cocinas y sillones baratos. Y mientras al Ché lo abatían a tiros, él inauguraba su primera gran superficie y ganaba su primer millón.

La verdadera pregunta es ¿quién ha hecho más por nuestro mundo, Ernesto Guevara o este señor sueco?

OVNIS

septiembre 11, 2008

Si queréis pasar un rato chulo, flipándolo como cuando erais enanos, os recomiendo que escribáis la palabra UFO en Youtube.

Uno puede pasarse las horas muertas viendo vídeos. Hay mogollón en los últimos meses. Preparaos. Cada vez se dejan ver con más facilidad.

Pronto estarán aquí y nos dirán que ellos codificaron nuestro ADN para que no lo leyera ni la tarjeta de Canal Plus. Nos dirán también que somos el zoo de la galaxia, un lugar al que vienen de recreo cuando quieren ver a las ferias peleándose. Los sábados bajan mucho a la tierra para no perderse La Noria.

ATIZANDOLE A LA TELE

septiembre 9, 2008

Desde los tiempos de la Santa Transición, la crítica televisiva en nuestro país arrastra los mismos tics. Parece hecha por gente que detesta el medio, pero también al aparato (hay quien tiene fobia a las tostadoras). Parece escrita por gente que nunca ha trabajado en televisión, pero sobre todo por gente que no es FELIZ.

Los que curramos dentro enseguida nos damos cuenta. Sabemos que lo que se ve, la mayoría de las veces viene marcado por el dinero. Y también por la suerte y el talento.

Los críticos piensan que los que hacemos programas obramos de mala fe. Ignoran que los resultados que uno obtiene en la vida dependen de una combinación de casualidades, fortuna y esfuerzo. Ya lo dijo W. Allen en Matchpoint. Dependemos de en qué lado de la red cae la pelota.

Los que curramos en la tele estamos un poco cansados de que la gente se cague en nosotros. Sobre todo porque en clubs donde se práctica la coprofagia te pagan más. Los que hacemos tele sabemos que todo depende de contar con los directivos adecuados, con el horario adecuado, con el equipo adecuado, con el tiempo adecuado. En fin, de una puta lotería.

A pesar de ello, la gran mayoría de los críticos sigue sirviéndose de un discurso premoderno. Odian a las máquinas. La cosa viene ya del siglo XVII, y de muchos gremios que vieron en la técnica un peligro (le pasó a los agricultores con el tractor a vapor o a la Iglesia con el cine). Desde entonces, no faltan quienes sueñan con un orden natural puro, lejos de Ipods y de tecnología alienante. Consideran a la tele como un invento del maligno. La tele les demuestra lo alienada que está la sociedad (también su música, su cine o sus vacaciones), la perdida de valores (aqui coinciden críticos de tv de izquierda y de derecha), o lo malo que es el capital. Pero en el siglo XXI, con 145 canales cubriendo casi cada aspecto del interés humano, ese discurso del crítico de televisión de hoy huele a culo de taxista. 

No deja de ser curioso que los críticos se olviden de las joyas que emiten Digital +, Ono o Imagina, y que prefieran dedicar su columna a La Noria. O que hayan tardado casi 5 años en reconocer el boom de las series. Hay críticos conversos que ahora marcan el camino y dicen que la ruta es HBO. Ignoran que se trata de un canal de pago en un país con más de 300 millones de habitantes. O que la tele que se ve en España no es muy diferente de la italiana, la alemana o incluso la americana (dado que muchos formatos vienen de allá). Por poner un ejemplo, la BBC emitió Gran Hermano.

De la misma forma en que un corto adolescente debe acabar con la muerte de su protagonista, el crítico de televisión suele tener una concepción intransigente del ser humano. Piensan que a todos nos gusta comer caviar a diario. Pero la gran mayoría alternamos un burguer, con un chino, o el guiso de la abuela con una bandeja de sushi. Por mucho que queramos, somos como dicen las audiencias. No tenemos una única dimensión. Queremos ver un programa de tortazos, jugar un rato a la Play, o ver un trozo de una peli antes de saltar a un partido de Rafa Nadal. Así somos tú y yo. Así somos todos. 

A mí me gustaría ver en las columnas de estos críticos ese derroche de imaginación que ellos critican. Me gustaría que nos sorprendieran, que a veces fueran positivos y recomendaran alguna película menor, un programa intrascendente o un documental esquivo. Me gustaria que fueran críticos del siglo XXI, que a veces fueran frívolos como tú y como yo. Me gustaría que fueran personas felices. Y  ya puestos que escribieran como Proust.

GENTE QUE PASABA POR ALLI

septiembre 7, 2008

Este vídeo tiene algún tiempo, pero quizás muchos no lo visteis en todo su esplendor. Son unos minutos apasionantes, donde el absurdo se cuela en un lugar tan respetable como las Cortes de Aragón. La joven diputada alcanza la gloria en su intervención. La vida y sus momentos The Office.

DESTROZANDOLE LA VIDA A LA GENTE

septiembre 7, 2008

Como en las mejores comedias, un hombre era feliz hasta que la televisión se cruzó en su vida.

¡QUE VIENE EL COCO!

septiembre 5, 2008

En septiembre, los medios vuelven a darse de ostias. Aprovechando que las criaturas inocentes regresan al cole, sus mayores dan un ejemplo de civismo usando la navaja para acuhillar al contrario. En estos días también regresa la polémica sobre la Educación para la Ciudadanía. No estoy muy puesto en el tema pero creo que debe tratarse de una de esas asignaturas que los chavales se saltan para ir a jugar al baloncesto, ¿no es cierto? En mi tiempo la llamábamos Ética. Me consta que De Juana Chaos faltó a muchas clases.

Resulta divertido que todo el mundo esté obsesionado con proteger a la infancia. Quieren mimarte y cuidarte, pero en cuanto tienes edad para currar, que te vayan dando…

Hay quien dice que la Educación para la Ciudadanía sirve para inculcar unos valores. Si mandas a un niño de 4 años al cole y esperas que allí le enseñen civismo, lo más probable es que ya sea demasiado tarde y  acabe haciéndose borroka.

Es hermoso que gastemos cientos de toneladas de papel, de horas y de energía en palabrejas que no sirven de nada. Yo no quiero que a mi hijo le den Educación para la Ciudadanía. Yo quiero que le den «Educación para ser Botín».

Si de verdad queremos que los nenes crezcan como seres libres y otras bujarradas, sería interesante que la escuela les enseñara  cosas útiles. Por ejemplo, las claves de la independencia financiera. Lo otro es un burdo intento de manipular al respetable con cuentecitos y leyendas bondadosas (ya sea la leyenda del señor de la nube (Religión) o la leyenda del Robinson amable (Educación). Ni la buena educación ni la fe sirven para pedir hipotecas.